domingo, 22 de agosto de 2010

El remedio homeopático de la semana (VIII): el teléfono móvil

Ya sabemos todos que uno de los grandes males de este mundo es la radiación electromagnética, especialmente la emitida por los teléfonos móviles, que es capaz de provocar en las personas expuestas a su maléfico influjo... bueno, mucho miedo. De hecho, las protestas que genera cualquier intento de instalar una antena de telefonía móvil solo son comparables a las que habría si de repente el barrio se quedase sin cobertura, y la presencia de este tipo de instalaciones desencadena terroríficas secuelas físicas en los habitantes de la zona. Y todo eso sin necesidad de enchufarlas siquiera.

En fin, que los teléfonos móviles son una cosa tan mala, malísima, que no sé cómo los venden sin cuernos ni rabo. Y menos mal que en alguna ciudad han tenido la precaución de obligar a sus fabricantes a advertir del nivel no ya de radiación, sino de radiactividad que emiten, que no es lo mismo pero suena aún más malo (al menos, para los de Europa Press, que ya sabemos el rigor que se gastan en estas cosas).

Pero como todos sabemos hay una rama de la pseudomedicina que no tiene el más mínimo problema a la hora de emplear con fines curativos las sustancias más peligrosas. De modo que aquí tienen, para solaz y pasmo de todos ustedes... (ahora tienen que ir a este enlace, pulsar el botón para potenciar el efecto dramático y volver rápidamente)

El remedio homeopático a base de teléfono móvil.

Pero vamos por partes. Probablemente al leer eso habrán pensado ustedes que el procedimiento de elaboración del mejunje empieza con algo como esto:


Para luego proceder a la dilución y sucusión del polvillo hasta que ya no quede ni, ejem, su recuerdo.

Pero no, la cosa es más sencilla. Como ya sabemos, para crear un producto homeopático no hace falta contar con un objeto físico, sino que puede hacerse simplemente con sus emanaciones, radiaciones o efluvios.  Bueno, y hasta sin ellos. De hecho, por lo visto incluso basta con escribir el nombre del remedio en un papelito y echarlo al agua para crearlo, lo cual sale ciertamente más barato que lo del vídeo. Pero bueno, también sale baratillo el método empleado, que consiste en lo siguiente:


Pedimos su colaboración a dos usuarios moderados de teléfonos móviles. Se entregó a cada uno de ellos una botella con cuatro gramos de lactosa adosada al teléfono móvil, y se tomó nota del número y la duración de las llamadas. También se les pidió que evitaran dejar el móvil y la lactosa adosada cerca de cualquier otra [fuente de] interferencia, como televisores, hornos microondas, etc.

Teléfono 1:
Modelo: Eriksson [sic] GH337
Digital
Operador: Cellnet
Exposición total a llamadas: 5 minutos.

Teléfono 2:
Modelo: Nokia 5.1
Digital
Operador: Orange
Exposición total a llamadas: 2 horas y 16 minutos.

Se mezclaron cantidades iguales del polvo de lactosa expuesto y se trituraron hasta 3C de acuerdo con las notas a pie de página del parágrafo 270 de la sexta edición del Organon. Se continuó la potentización en forma líquida hasta 30C.


Y a continuación se llevó a cabo la


¿Que qué es eso de "proving"? Pues como su nombre indica se trata de un ensayo, consistente en la ingestión de la sustancia original (o del remedio preparado con ella) por una serie de voluntarios sanos para observar el efecto que produce en ellos. Solo que, evidentemente, no es un ensayo normal, sino homeopático, de modo que se concentra no tanto en los efectos físicos (que como pueden imaginar son psicosomáticos o puramente inexistentes) sino en los "mentales": emociones, pensamientos que les vienen a la cabeza o incluso sueños, que son alegremente atribuidos al espíritu terapéutico del remedio.

Y, por cierto, si al leer eso de que se trata de observar los efectos que produce el remedio en individuos sanos les ha venido a la cabeza alguna de las excusas que los homeópatas esgrimieron para intentar justificar el "fracaso" de nuestro placebocidio... bueno, es que tienen buena memoria.

Sea como sea, aquellas "experiencias", debidamente recopiladas y sistematizadas (también a la peculiar manera de la homeopatía, claro) permiten elaborar una serie de "indicaciones terapéuticas" del potingue. Todo lo cual se reúne en un bonito documento que, sorprendentemente, no pretende en absoluto hacer reír.

Aunque en casos como este lo logre plenamente.

Y como el documento original, además de tratarse de un archivo de Word, está en inglés y cuenta con nada menos que cincuenta páginas, me limitaré a hacerles un rápido resumen. Aunque, claro, si tienen ustedes espíritu masoquista curiosidad, siempre pueden descargárselo aquí.

Pero vamos al grano. Según el escalofriante testimonio de las sujetos de prueba (que eran todas mujeres), el remedio despeja la mente y fortalece el intelecto:


Siento una gran claridad mental en el trabajo esta mañana.

Conduciendo a casa desde el trabajo vi un pueblo que nunca había notado antes.

Me siento alerta y responsable al despertarme.


O no:


Encuentro muy difícil concentrarme. Tecleo mal, y encuentro dificultades para pulsar las teclas correctas.

He llamado a mi supervisor. Me ha costado mucho encontrar las teclas de los números que tenía que marcar. He tenido que recitarlos en voz alta.

Confusa. He llamado "coliflor" a un pepino.

De hecho, el remedio puede producir despiste y torpeza incluso antes de empezar a tomarlo:

A punto de tomar el remedio. Pánico momentáneo: ¿dónde está el remedio? Encuentro la botella, quito la tapa. Los gránulos están atascados y no puedo sacarlos de la botella. 

Pero no todo van a ser malas noticias. Por ejemplo, el remedio mejora el humor:

Durante el almuerzo he tenido un ataque de risa, que se convirtió en una sucesión de risitas que no pude controlar. 

Risa tonta. ¡Es todo tan divertido! 

O no:

Me he vuelto muy sensible y un poco llorona.

Me he sentido muy deprimida esta tarde, con ánimo casi suicida, pero mejor por la noche y tras tomar alcohol. 

De hecho, incluso puede volver a las pacientes más hurañas y gruñonas:

Fin de semana del college. Me he encontrado yéndome a la fila del fondo, en apariencia para apartarme del sol, pero en parte porque quería esconderme.

Conforme avanzaba el fin de semana me sentía más y más en mi propio planeta. Me sentía muy sola.

Y hasta racistas:

Sentimientos de intenso odio hacia las razas [distintas a la suya, claro] y los extranjeros. No era cosa de su color, simplemente me disgustaba todo. 

O no:

Me siento más preparada de lo normal para expresar mis opiniones.

Siento más confianza en mí misma. Cuando hablo con gente de fuera de mi familia siento que estoy diciendo las cosas que debo decir en lugar de comentarios tontos. Estoy disfrutando de esta sensación.

Al marcharme de la fiesta besé y abracé a esa mujer con la que solo había intercambiado cuatro o cinco frases, a pesar de que había allí muchas personas a las que conozco mejor. Me he dado cuenta de que necesito conectar con la gente, comunicarme a un nivel más significativo.

 Y claro, con tanta necesidad de comunicación no es raro que pasen cosas como que

Sigo teniendo destellos visuales de axones y dendritas [sic], y un gran teléfono marrón colocado en un ángulo de 45 grados. Hay un montón de botones, y sé que he grabado en él todos los números de teléfono de la gente que conozco, y me da miedo pensar que se borren.

Las pacientes se sienten irritables:


Gran estallido de cólera esta mañana. He lanzado platos contra la pared. Estaba fuera de mí por la rabia. 

O no:

Me siento muy calmada con mis niños. Muy bonito. Solo puedo describirlo como calma y autoconfianza, como si tuviera más control sobre mí.

 El remedio causa retraso en la regla:


El mes empezó ocho días tarde.

O no:

El período se adelantó seis días.

Dolores musculares:

Siento un extraño dolor agudo en mi pierna derecha, justo sobre la rodilla, en el músculo.

O no:

He notado que el músculo de mi pantorrilla izquierda ya no me duele. Me dolía desde 1984. 

Y, en fin, pérdida de sueño:

Conseguir dormir resultó muy difícil. No me siento muy descansada esta mañana.

O no:

Dormí increíblemente bien anoche, muy profundamente. Me siento razonablemente descansada. 


Como recordarán, según los principios de la homeopatía el remedio cura en un enfermo los mismos síntomas que produce en una persona sana. De modo que si experimenta usted alguno de aquellos síntomas, o de estos otros:


Me lavé los dientes en el cuarto de baño equivocado.

Me siento muy consciente de la forma de mi cabeza.

Extraña sensación en el molar inferior izquierdo.

Me pica un punto de la piel, en la zona de las costillas inferiores, a la derecha, tras darme una ducha caliente.

He tenido ganas de tomar cohcolate recientemente, cosa que no suele pasarme.

He notado que mi orina tiene más color de mermelada [sic] que lo habitual.

O no:

Algo está mal pero no sé qué.

O incluso si experimenta otros, ejem, "síntomas":

Siento la sensación de que no quiero seguir estando constreñida o ligada legalmente a otra persona.

Ya sabe: los puede solucionar con un poco de radiación de teléfono móvil a 30C.

O no:

Le conté a mi marido lo que estaba pasando y los síntomas desaparecieron.

 ¡Dos sorbos de vino tinto y todos los síntomas de la cabeza han mejorado!


Nota: Conocí este "ensayo", por llamarlo de alguna manera, gracias a Rob Hinkley. En cuanto a la idea, también por llamarla de alguna manera, de crear remedios homeopáticos escribiendo el nombre en un papel y echándolo al agua, me facilitó el enlace Kash Farooq, que por cierto también está realizando su propia recopilación de remedios estrafalarios. Visiten sus blogs, que merece la pena.

miércoles, 14 de julio de 2010

El remedio homeopático de la semana (VII): caca

Ya lo pusimos por aquí un par de veces, y ahora nos llega traducido de la mano de DrGen:


Afortunadamente ni el agua tiene memoria ni, en muchos casos, los productos homeopáticos contienen ni una gota, así que lo del cartel es un chiste. ¿Verdad?

Pues no. Permítanme que les presente al excrementum caninum:


Sí, ya sé que ahí pone "excrementum canium", pero ya saben que el latín con el que se bautiza a los remedios homeopáticos es, digamos, un tanto libre. En cualquier caso, el nombre común del potingue es "excrementum caninum", como podemos ver por ejemplo en el resumen de las, con perdón, pruebas a las que sometieron el mejunje. Pruebas que determinaron cosas como que va muy bien para las gastroenteritis, colitis y diarreas, lo cual es hasta cierto punto lógico... bueno, no, es disparatado, claro, pero puede considerarse lógico dentro del esquema de realidad alternativa en que se mueve la homeopatía. Y también, hasta cierto punto, eso de que sirva para tratar las ganas de comer chocolate, supongo que por aquello de la similitud cromática.

Incluso, haciendo un esfuerzo, podríamos llegar a entender que sirva para, dicen, tratar situaciones de opresión de los hijos por parte de los padres. ¿Cuántos adolescentes no habrán exclamado alguna vez, hartos de que sus padres les pidan que estudien, les prohiban hacerse un piercing o les limiten el saldo del móvil, eso de que "¡esto es una mierda!"? Pues eso.

El documento sigue diciendo que el potingue sirve también para tratar la displaxia de cadera, algo que vuelve a resultar lógico si tenemos en cuenta que los pastores alemanes son particularmente propensos a sufrirla y que la, ejem, materia prima procede de un perro cuya madre pertenecía a esa raza. Y puestos a entender, hasta podemos comprender que se nos diga que sirve para los dolores cervicales: ¿a quién no le ha acabado doliendo el cuello por tanto mirar al suelo para evitar pisar uno de esos recuerdos que los humanos han ido dejando por las aceras de nuestras ciudades? Y no, no me he equivocado: los perros son los que los ponen, pero quienes los dejan son los gorrinos de sus dueños.

En fin, que todo eso podría colar. Pero que sirva también para tratar la necesidad súbita de acostarse y echarse a dormir... Le he dado tantas vueltas intentando entenderlo que al final hasta me duele la cabeza. Y aunque el "excrementum caninum" sirve también para las migrañas, prefiero esperar a que se me pase solo...




Nota Bene: Aunque parezca mentira, los excrementos sí que podrían tener su utilidad terapéutica, pero dentro de la medicina de verdad, como cuenta Aberron en esta estupenda entrada de amazings.es. Pero un remedio homeopático hecho a base de caca de perro es... bueno, una mierda. ¿O no?

jueves, 3 de junio de 2010

El remedio homeopático de la semana (VI): vandalismo terapéutico

Sucede todos los años, coincidiendo con los solsticios y/o los equinoccios: emplazamientos arqueológicos de todo el mundo se ven invadidos por una multitud de crédulos dispuestos a celebrar tal o cual ritual. Se libran las pirámides egipcias, celosamente defendidas por las autoridades frente a los que el mismísmo Zahi Hawass bautizó como piramidiotas, pero los templos precolombinos de América o los monumentos megalíticos de Europa sirven de escenario para que druidas, chamanes, sacerdotes y otros especímenes oficien unas ceremonias muy vistosas y, sobre todo, muy ancestrales, aunque en realidad las hayan inventado hace un par de meses. Y es que en el mundillo de lo paranormal la (supuesta) antigüedad es sinónimo de prestigio, y no hay nada que guste tanto a los devotos de la New Age como creerse herederos de una tradición cuanto más milenaria, mejor.

Claro que, como cuenta Mauricio-José Schwarz, muchas veces los asistentes no se limitan a faltarle al respeto a la historia de los monumentos, sino también a su integridad física, hasta el punto de que algunos de ellos han tenido que ser cerrados al público de forma permanente o, al menos, en las fechas elegidas por los charlatanes para sus saraos.

También a las pseudomedicinas les gusta presumir de su gran antigüedad. Cosa que, si lo pensamos un poco, es bastante absurdo: si en un hospital nos dijeran que en vez de aplicar los últimos adelantos de la ciencia médica están empleando los métodos de hace quinientos años probablemente saldríamos corriendo, pero en cambio a los clientes de las terapias "alternativas" por lo visto les encanta que les digan que tal o cual práctica tiene por lo menos tres o cuatro milenios, aunque para ello se tengan que echar años. Incluso una de las invenciones más recientes, la homeopatía (si es que podemos llamar "reciente" a algo creado hace ya dos siglos), intenta también a veces presumir de una supuesta antigüedad, y algunos de sus propagandistas intentan llevar sus orígenes incluso hasta Epicuro.

Pero hay otra faceta menos conocida de la homeopatía, y es que, como los fanáticos de la New Age, también participa de la fascinación por los monumentos antiguos... en su vertiente vandálica. Echen un vistazo, por ejemplo, a esta página:


No, el título no les engaña: la autora ha realizado un "ensayo patogenético" nada menos que con un remedio

made from small fragments of stone from 3 of the great circle stones [realizado con pequeños fragmentos de la piedra número tres del gran círculo de piedras].

Y, por si les quedan dudas sobre si esto es o no un acto vandálico la autora nos recuerda al pie de la web que


It is an offense to cause any damage to a scheduled monument without consent under the 1979 Ancient Monuments and Archaelogical Areas Act [Es un delito causar cualquier daño a un monumento catalogado sin autorización, conforme a la Ley de monumentos antiguos y áreas arqueológicas de 1979].

Lo cual no sé si constituye un auténtico monumento a la candidez de esta mujer o un intento, por todo el morro, de asustar a los posibles imitadores y quedarse con la exclusividad del "medicamento". O, más probablemente, ambas cosas.

La web constituye una interesante (e involuntariamente cómica) muestra de la metodología de la "investigación" homeopática; les recomiendo que le echen un vistazo si tienen curiosidad. Y si aguantan los colorines del fondo, claro.

Pero no es este el único remedio homeopático realizado con fragmentos obtenidos de un monumento arqueológico. Si echamos un vistazo a la inefable web de la tienda Helios Homeopathy nos encontraremos con cosas como esta:

O esta otra:


De hecho, el único monumento que se salva, al menos en parte, es el preferido del maguferío mundial: Stonehenge. Y no porque Helios no lo tenga también en su listado de remedios, sino porque en este caso el producto no está realizado con fragmentos de las piedras sino con sus emanaciones:


La web de Helios no explica qué narices son esas emanaciones ni cómo se las arreglan para transformarlas en un remedio, pero la cosa tampoco tiene demasiada importancia si tenemos en cuenta que a esas "potencias" lo único que contiene el producto es excipiente mezclado con una buena dosis de credulidad.

Claro que la palma, el premio gordo, no se lo lleva esta vez Helios, sino Martine Mercy y la Alliance of Registered Homeopaths, que nos presentan una cuidadosa selección de veintiún remedios elaborados con... esto:


Que como medicamentos, evidentemente, no tienen ninguna utilidad, pero como metáfora no tienen precio. Porque, como dice a propósito de este, ejem, despropósito The Quackometer, no es ya que la homeopatía venda medicinas realizadas con fósiles; es que se trata de una terapia auténticamente fosilizada.

lunes, 10 de mayo de 2010

El remedio homeopático de la semana (V): ¡Fabrique su propio remedio homeopático!

Perdón, perdón, perdón. Ya sé que llevo bastante retraso con esto del remedio homeopático de la semana, pero últimamente hemos tenido bastantes noticias homeopáticas y pensé que lo mejor era que todos nos tomásemos un descansito. Pero ahora, aprovechando que estamos nada menos que en la Semana Mundial de la Homeopatía, vamos a resarcirnos.

Y para resarcirnos como Hahnemann manda, hablaremos hoy no de uno, ni dos, ni tres. Ni siquiera de muchos. Vamos a hablar nada menos que de todos los remedios homeopáticos. Más aún: de infinitos remedios homeopáticos. Algo que probablemente resultaría imposible si estuviésemos hablando de medicinas de verdad, pero que en el mundillo de la homeopatía es poco menos que pan comido. Bueno, lactosa comida.

Pero hagamos antes un pequeño inciso. Como es sabido, muchos remedios homeopáticos se fabrican a base de diluir una sustancia hasta tal punto que desaparece por completo en alguno de los pasos intermedios del proceso. Una dilución a 30C, por ejemplo, es algo así como el estándar homeopático, pero lo cierto es que cuando la maquinita de preparar remedios, -o el técnico que golpea los tubos de ensayo contra una Biblia encuadernada en cuero- iba por el paso de 12C a 13C desapareció hasta la última molécula de la sustancia original, y a partir de ahí solo queda excipiente y una dosis creciente de enternecedora (por lo ingenua) fe.

Suele decirse que Hahnemann postuló este disparate porque no conocìa el Número de Avogadro. Y a lo mejor hasta es cierto (al fin y al cabo, Hahnemann y Avogadro fueron contemporáneos y es posible que el alemán no llegase a conocer los trabajos del italiano. Pero lo que sí sabía Hahnemann, como cualquier persona instruida de la época, es que la materia solo puede dividirse hasta un cierto límite, y que sus remedios sobrepasaban ese límite. Decía en su Organon que

Por medio de este procedimiento mecánico, con tal de que se realice metódicamente conforme a las enseñanzas anteriores, se efectúa un cambio en la droga, que en su estado natural o crudo se manifiesta sólo como materia, a veces como sustancia no medicinal; pero por medio de la dinamización cada vez más alta, finalmente se modifica completamente hasta poseer un poder medicinal no material; semejante al espíritu, por decirlo así. Esta fuerza, por cierto, en sí misma no impresiona nuestros sentidos...

Vamos, que no es que ignorase cómo es la realidad: simplemente es que le importaba un pito en tanto en cuanto no cuadrase con sus ideas.

Puede dar la impresión de que esta concepción del medicamento como algo cuyo poder reside en su supuesto "espíritu" es, parafraseando a Zwicky, perfectamente esférica. Vamos, que es igual de estúpida se mire por donde se mire. Y lo parece porque lo es, la verdad. Pero no podemos olvidar la capacidad que tienen algunos para sacarle la punta incluso a una esfera, de modo que, ya sin más preámbulos, aquí tienen ustedes el rel="nofollow">Combo Remedy Maker.



El fundamento del Combo Remedy Maker se basa precisamente en esa naturaleza "espiritual" de los remedios homeopáticos, aunque sus fabricantes han dado el salto desde la arcaica terminología propia de los principios del Siglo XIX hasta otra mucho más moderna, por lo menos por lo menos de mediados de ese mismo Siglo XIX, así que ahora hablan de "cualidades vibracionales". Para los inventores del cachivache (y supongo que también para sus cándidos clientes) estas propiedades pueden ser copiadas y transmitidas, de modo que lo que proponen es justamente eso: si ustedes ponen unas píldoras homeopáticas en el cacito de metal de la parte superior (o unas gotitas, si el remedio es líquido, en el frasco del lateral), el aparato es capaz de captar y almacenar en memoria esas vibraciones, que de este modo pueden ser luego proyectadas en unas píldoras o una porción de excipiente líquido "en blanco".

¿Qué les parece? Absolutamente genial, ¿eh? Los fabricantes llegan a asegurar que con este método se puede obtener un remedio con exactamente las mismas propiedades terapéuticas que el original, en lo que sin duda es la más sincera e incuestionable de las afirmaciones que hacen en su web.

Pero esperen, que esto es solo el principio. Como ustedes comprenderán, si las "vibraciones" pueden ser capturadas y almacenadas en la memoria del chisme, nada impide que almacene también las de otros remedios, ¿verdad? ¡Verdad! Así que si conectan el cacharro a un PC pueden ustedes, mediante el correspondiente sofware, seleccionar las sustancias originales, la potencia del remedio, la cantidad de píldoras y hasta su color y, ¡tachaaaaan!, la máquina les "potentiza" las correspondientes pastillitas de lactosa.

¿Cómo? ¿Que les parece poco? No se preocupen, que aún hay más. No contentos con eso, los fabricantes han dotado al invento de una sorprendente habilidad más: si usted le dice (de viva voz) qué remedio quiere y en qué potencia, el chacharro se lo hace. Más aún: si usted le dice simplemente lo que le duele, el chisme le elabora el remedido homeopático más adecuado. ¿No les parece casi milagroso?

Y, para finalizar, los inventores decidieron terminar de partirse el pecho... digo, de dar el do de pecho, con una funcionalidad aún más maravillosa. ¿Que a su niño no le gustan las pastillas? ¿Que la que se queja es su tía que vive en la otra punta del barrio y no le apetece acercarse a verla porque le suelta unos rollazos sobre su infancia que tiran de espaldas? ¿Que observa que, a pesar de llevar una Power Balance en su muñeca, su político favorito sigue comportándose como un majadero, pero no tiene confianza con él (ni, ya puestos, con sus escoltas) como para acercarse y decirle que se tome unas gotitas de sus milagrosos remedios? Pues no se preocupe, que el Combo Remedy Maker tiene la solución: simplemente coloque una foto o un cabello del paciente en el aparatejo, y el Combo Remedy Maker le diagnosticará sus males, calculará las "cualidades vibracionales" adecuadas para confeccionarle el remedio y, ¡oh maravilla!, se las enviará para curarle a distancia.

Y por solo 760 dólares de nada. Una maravilla, ¿verdad?

Pero quizá lo más grandioso de este milagro de la técnica es que no contradice ni uno solo de los postulados esenciales de la homeopatía. Si lo que caracteriza a los remedios homeopáticos es que, a pesar de haber diluído las sustancias activas hasta hacerlas desaparecer, conservan su poder medicinal inmaterial (en la terminología de Hahnemann) o la "memoria" que dejaron en el agua (en los intentos de dar una apariencia moderna al disparate), es evidente que esa "memoria" puede leerse, almacenarse, replicarse y hasta transmitirse a distancia. Y si muchas veces las prescripciones homeopáticas se basan en parecidos superficiales y hasta alegóricos, ¿por qué no pueden basarse sus diagnósticos en una simple fotografía? De hecho, algunas asociaciones o escuelas homeopáticas recomiendan el uso de este tipo de chismes (o, y perdón por la disgresión, happily promote bogus remedy makers).

Y es que, como pueden ver, seguimos comprobando lo mismo: que por mucho que nos acusen a los escépticos de ridiculizar a la homeopatía, es ella la que lo hace solita y sin ayuda...

El remedio homeopático de la semana (IV): Aguas dinamizadas de mares, océanos y ríos

NOTA PREVIA: Lo cierto es que este "remedio homeopático de la semana" debería haber sido publicado la semana pasada, pero se me ha retrasado entre unas cosas y otras. Unas, como la publicación del informe sobre homeopatía del Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento Británico; otras, como la creación de un nuevo blog, alojado en el servidor web de Círculo Escéptico y titulado, precisamente, El remedio homeopático de la semana. Mi intención es centralizar allí las entradas dedicadas a estos y otros pseudotratamientos absurdos, aunque durante algún tiempo también los publicaré aquí.


Decíamos el otro día que varias empresas comercializan, entre sus remedios homeopáticos, Aqua pura, aunque sigo teniendo mis dudas sobre si se trata de un verdadero remedio o bien es un simple excipiente. Quizá algún día alguien nos lo aclare.

Pero, en cualquier caso, lo que sí está claro es que los homeópatas utilizan el agua para preparar remedios. Bueno, me refiero a que venden remedios compuestos únicamente de agua. Vaya, no me explico bien: quería decir que también emplean el agua como "tintura madre", para luego diluirla (sí, en agua), potenciarla y todo eso. Y un buen ejemplo es nada menos que esto: Aguas dinamizadas de Mares, Océanos y Ríos.


A primera vista esto puede parecer una simple parodia, y además bastante burda. Pero no, la cosa va en serio. Como dice la propia web
La dinamización de aguas naturales produce esencias de alto potencial energético. El Dr. Rossomando ha seleccionado aquellos mares, océanos y ríos que por su signatura representan los chakras de la tierra.
¿Ven? Habla de los chakras, así que es algo muy científico. De hecho, la web sigue diciendo que
Debido a sus componentes biosalinos y a su semejanza con el plasma sanguíneo, esta agua poseen no sólo un efecto armonizador sobre estados emocionales y mentales negativos, sino también efectos beneficiosos sobre las células y tejidos.
A nivel celular, ayudan en la eliminación de toxinas del organismo y aportan nutrientes esenciales en microdosis.
Al ser preparadas en dosis homeopáticas, su acción es profunda y estable sobre todos los estratos biopsicoenergéticos.

Así, con un par.

Pero, por usar un símil muy oceánico, esto no es más que la punta del iceberg. La web nos recomienda también que nos dirijamos a una antología del disparate, digo, a una completa página de bibliografía sobre "terapias naturales" y descarguemos un fichero pdf titulado AMOR. Que no es una declaración de que nos quieren mucho (a juzgar por el contenido, yo diría que nos quieren más bien poco), sino el feliz acrónimo compuesto por las siglas de Aguas de Mares, Océanos y Ríos. 

Pero un momento, un momento. No pinchen el enlace todavía. Antes de hacerlo tengan a mano algún remedio homeopático a base de Natrum Muriaticum, que pueden obtener a través de su homeópata de guardia, porque por lo visto es mano de santo contra la risa espasmódica y otros síntomas que pueden derivarse de la lectura del archivo.

Y es que, más que AMOR, parece que estemos ante una obra maestra del humor. El documento empieza explicando que
La línea de investigación que culmina con la creación del sistema de Esencias A.M.O.R. (aguas de mares, océanos y ríos) sigue la vía de utilización terapéutica del agua a partir de sus propiedades vibracionales (por ej.: Rock Water en las Flores de Bach o Aqua calcarea y Aqua clorata en homeopatía).
Esta idea se sustenta en el hecho de que el agua es el mejor vehículo que almacena, memoriza y dinamiza de un modo estable y duradero las vibraciones que recibe del medio en el cual se encuentra.
Teniendo en cuenta que las Esencias A.M.O.R. están preparadas con aguas de fuentes naturales, se ha tenido especial atención a los ámbitos geológicos de los que forman parte como ecosistemas.
¿Y cómo han prestado atención a esos ámbitos geológicos? Pues a lo homeopático, claro. Por ejemplo, el documento nos explica que las aguas del Océano Ártico están especialmente indicadas
Para aquellas personas que se encuentran en una etapa desértica de su vida. Sensación de vacío existencial, con pérdida del sentido de la vida. Las raíces se encuentran en falta de afecto y de calor, en la infancia, con sensación de abandono.


Claro, en el Ártico hace un frío de narices. Pero, ¿qué pasa con el Antártico? Pues que también hace frío:
Permite romper con los patrones congelados de las constelaciones familiares. Temperamentos fríos. Dificultad de expresión. Tempestuosidad. Terrores nocturnos. Epocas de desierto.
Vale, no es exactamente lo mismo, pero es que el Ártico y el Antártico son dos océanos muy diferentes. De hecho el Antártico es nada menos que
el Chakra Raíz de la Tierra.
Lo cual, signifique lo que signifique, suena la mar de imponente ("la mar..." ¿lo pillan?).

A decir verdad, lo de que el agua del Océano Índico sirva para
Falta de metas. Apatía. Falta de seguridad. Depresiones. Personalidades bipolares.
Me suena un pelín racista, aunque al menos lo del
Carácter volcánico
tiene un cierto sentido. Es lo mismo que lo del Océano Pacífico; a primera vista puede resultar desconcertante que sea
Util (sic) en dificultades de las relaciones familiares, relaciones de pareja, dificultades de adaptación en general.

Pero claro, uno piensa en lo grande que es ese mar y le encuentra explicación. Como también le podemos encontrar explicación a eso de que sirva para
Síndromes de pánico, stress, situaciones de llanto y desconsuelo. También alteración de los ritmos vitales (...) Cierra heridas profundas del pasado.
Al fin y al cabo es "pacífico" (¿y este, lo pillan, lo pillan?).

Si han llegado hasta aquí a lo mejor piensan que les recomendaba yo lo del remedio contra la risa histérica por los ejemplos que les he puesto hasta ahora. Pues se equivocan: se lo decía por los que vienen a continuación. 

Como lo del Océano Atlántico. Según el impagable documento,
La enorme dorsal Atlántica, que lo recorre desde Islandia hasta cerca de la Antártida, semeja una “S” estilizada, como si fuera una columna VERTEBRAL. Esta signatura influye en su capacidad para mejorar la circulación energética de la columna [Las mayúsculas, como el resto del disparate, están en el original].
Claro, después de leer semejante cosa es posible que se nos escape la sutileza de otras indicaciones, como esa que dice que sirve para
sentimientos exagerados de poder
Que supongo será una manera velada de aludir a la OTAN. No, no se rían, a mí no me parece tan disparatado. Bueno, sí, me parece muy disparatado, pero no mucho más que el resto de las indicaciones del documento. Por ejemplo, todos sabemos que el Mediterráneo ha sido cuna de muchas civilizaciones, ruta comercial desde tiempos inmemoriales, e inspiración para toda clase de artistas, ¿verdad? Pues los autores del documento también:

Permite descubrir los contrastes saludables y enriquecedores que nos ofrece la vida, saliendo de la rutina y el aburrimiento. Recuperación del equilibrio psicofìsico luego de CAMBIOS Reparación del desgaste de los órganos motivado por stress. Abundancia y desarrollo del sentido económico. Capacidad de concentración y para el trabajo Ayuda a desarrollar aptitudes artìsticasy la creatividad, en personas muy racionales y calculadoras [La puntuación es del original].
Cosa que palidece al lado de lo del Mar Negro que, nos explican,

Era un lago y fue invadido por las aguas del Mediterráneo; luego quedó nuevamente aislado. Pero esta vez con agua mezclada, mitad dulce y mitad salada. Su historia se encuentra íntimamente relacionada con el Diluvio Universal
De modo que sirve para... sí, lo adivinaron:

Algunas características emocionales que cubre esta esencia son la sensación de que lo que antes ya no es ni será igual. También estados de búsqueda, desorientación, estados en los que se produce un avance desmesurado de las emociones, con sensación de sentirse ahogado y gran angustia. Es de ayuda en situaciones de catástrofe, situaciones límite, y depresiones postraumáticas. Para poder percibir los cambios antes de que nos sorprendan los hechos imprevistos. 
Listado de indicaciones que termina con esta, sencillamente sublime:
Cuando sentimos que “el agua nos llega al cuello”.
Vamos: es tan graciosa, tan graciosa... pues como la del Mar Rojo, sin ir más lejos:
Poder afrontar las dificultades y caminar a través de ellas. Desarrollo de la fe, perseverancia.
En fin, podríamos seguir. Por ejemplo, seguro que todos ustedes saben lo de la leyenda de las amazonas, que dio su nombre al río ¿verdad? Pues ellos también, porque sus aguas sirven para tratar

Mujeres excesivamente masculinas, conflicto con la autoridad. Tendencia a reprimir a los hijos y “castrarlos” emocionalmente. Conflictos derivados de la homosexualidad.
Junto con otros tópicos no específicamente amazónicos, sino genéricamente machistas, como
Tendencia a competir por el poder, celos y rivalidad. Despotismo, crueldad y desprecio por los derechos de los demás. Locuacidad excesiva y pobre escucha. Obstinación y dificultad para comprender al otro, tendencia a herir, a mentir. 
Pero dejo el resto para ustedes, si tienen el estómago y, sobre todo, la vejiga lo suficientemente resistentes. Yo me rindo mucho antes de llegar a eso de que el agua

En todos los casos fue traída especialmente el agua de origen, a la que se sometió a un proceso que incluye, además de la dinamización, la preparación en un momento especial del ciclo de la luna, en combinación con la aplicación de frecuencias sonoras armónicas, y en fuentes de cristal hexagonales.
Y es que, después de todo, puede que sea yo el que necesite el Natrum Muriaticum. Menos mal que para eso me puede servir casi cualquiera de esas Aguas Dinamizadas, o al menos las de los Mares y Océanos: al fin y al cabo, todas tienen Natrum Muriaticum (no vayamos a echar a perder el efecto de las palabras rimbombantes) en abundancia...

El remedio homeopático de la semana (III): Aqua pura

Es habitual que los escépticos señalemos que los remedios homeopáticos contienen solo agua. Lo cual es inexacto, desde luego: cuando los venden en gránulos o pastillas, ni siquiera contienen agua. Pero, en fin, ya saben por donde voy...

Lo que yo no podía ni imaginar cuando comencé a escribir esta pequeña (o no) serie de entradas dedicadas a el remedio homeopático de la semana es que esta afirmación pudiera ser tan, tan literalmente cierta como para que nos vendan esto Aqua pura:



¿Qué, sorprendidos? Pues no sé por qué. Si lo pensamos, tiene toda la lógica del mundo; al fin y al cabo, si en la preparación de los remedios homeopáticos el grado de dilución asegura que solo quede agua, y teniendo en cuenta que lo de la "memoria" y todo eso es una bobada sin fundamento, la única conclusión posible es que lo que realmente cura -si es que la homeopatía cura- es el agua. El agua, por tanto, debe ser el remedio más importante de todos, la auténtica panacea, el ungüento no verde, sino incoloro, inodoro e insípido y todo eso.

Así que nada más lógico que potenciar esas infinitas propiedades terapéuticas mediante la oportuna dinaminación homeopática, ¿no?

O no. La verdad, confieso que esto me parece ya demasiado disparatado incluso para la homeopatía, y aunque he leído por ahí alguna (lacónica) indicación para el remedio, no termino de verlo claro y sospecho que quizá se trate simplemente de excipiente para preparación de remedios. Al fin y al cabo, "aqua pura" es solo eso, agua pura. Si al menos fuese como esta otra...



En fin, que ya ven cómo está el patio. Para que luego el bueno de Luis Ruiz Noguez pretenda sorprendernos con cosas como esta...

El remedio homeopático de la semana (II): El oscillococcinum

Como el otro día fue mi placebocidio homeopático, y teniendo en cuenta que al final el remedio homeopático que escogí fue el Oscillococcinum 200K, supongo que lo lógico es dedicar esta segunda entrega del "remedio homeopático de la semana" a semejante potingue. Entrega que, por cierto, tenía prevista para hace un par de días y que se ha retrasado a causa de la homeopatía, pero no precisamente de los efectos de la sobredosis (que siguen siendo exactamente los mismos). Luego se lo explico.



El Oscillococcinum es algo así como el no va más de los productos homeopáticos. Como ya saben, para crear un remedio homeopático hay que diluir una sustancia hasta el extremo de que muchas veces los remedios no contienen absolutamente nada de principio activo (y si no me creen, lean cómo lo dice nada menos que el Consejo de Homeópatas de Nueva Zelanda). En el caso del Oscillococcinum este objetivo está plenamente logrado, ya que una dilución a 200K es... es... bueno, es algo prácticamente inimaginable. A 13K (que equivalen prácticamente a 13 diluciones centesimales; la diferencia de denominación se debe solo al método empleado, el korsakoviano, más ojimétrico que el de Hahnemann pero más rápido) ya ha desaparecido cualquier molécula del compuesto original. A 30K queda algo así como una molécula por cada 7.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de píldoras. A 200K... bueno, para encontrar una sola molécula de la tintura madre original en una dilución a 200K tendríamos que transformar toda la materia del Universo en agua dinamizada y bebérnosla. Y luego, encontrar otros cien Universos iguales y bebérnoslos también.

Y luego van y echan ese agua en unas bolitas de lactosa. En fin...

Pero decíamos que el Oscillococcinum riza el rizo de la dilución, porque no solo es que el proceso de dilución se encargue eficazmente de hacer desaparecer el ingrediente original, no. Es que, encima, el ingrediente originalno existe. El remedio se basa en el oscilococo, un supuesto microbio descubierto, no menos supuestamente, por un tal Joseph Roy, pero que nadie ha vuelto a observar jamás de los jamases. De hecho, el tema del oscilococo causa aún cierto estupor entre los homeópatas, a pesar de lo cual no parecen tener muchos reparos en emplearlo, como muestra una simple búsqueda googlera.

El caso es que Joseph Roy dijo haber visto el dichoso oscilococo en la sangre de los enfermos de la gripe de 1917, en tumores cancerosos, en los esputos de los tuberculosos y en una larga serie de tejidos, secreciones y excrementos humanos, hasta el punto de que lo identificó como la causa de casi cualquier enfermedad, real o ficticia, que puedan imaginar.

De modo que, en uno de esos saltos mentales que solo podemos ver en la homeopatía, el buen hombre tuvo la ocurrencia de preparar un remedio homeopático a base de Anas Barbarie, Hepatis et Cordis Extractum, es decir, extracto de hígado y corazón de pato de barbaria. Sigue siendo una incógnita por qué escogió el hígado y el corazón, por qué los de un pato (si, según él, el oscilococo estaba por todas partes) y por qué dijo (y se sigue diciendo) que es el pato de barbaria cuando lo que se usa es un pobre e inocentísimo pato almizclado.

Hasta aquí, digamos, la parte técnica. Pero decía yo al principio que esta entrada se me ha retrasado un par de días, y eso se debe a que también debería haber una parte jurídica. Como recordarán los lectores de este blog (y los que no lo sean pueden echar un vistazo aquí), los remedios homeopáticos gozan de un trato de favor tanto en la legislación española como en la europea, que establecen un régimen especial de autorización para determinados remedios homeopáticos, que permite comercializarlos como medicamentos sin necesidad de acreditar que sirvan realmente para algo. Dicen que se trata de una concesión a las presiones de los países con importantes industrias de fabricación de remedios homeopáticos; no lo sé. Pero no me consta tampoco que los fabricantes hayan protestado por esta excepción sobre la norma que se aplica a cualquier otro producto que aspire a la condición legal de medicamento.

Recordemos que la excepción no se aplica a todos los productos homeopáticos, sino solo a los que carezcan de indicación terapéutica aprobada; los restantes deben someterse al mismo régimen que cualquier medicamento de los de verdad (incluyendo, por tanto, la acreditación de su eficacia terapéutica). Pero lo cierto es que hasta la fecha no parece que se haya aprobado ningún medicamento homeopático con indicación terapéutica, por lo que yo, infeliz de mí, supuse que el Oscillococcinum se comercializaría como "medicamento homeopático sin indicación terapéutica aprobada".

Bueno, pues tampoco. Como dice la propia multinacional fabricante



Es decir, este producto, que se vende en farmacias y en cuya etiqueta se lee bien clarito "MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO", aún no ha sido autorizado como tal por las autoridades sanitarias.

Como no quiero usar la palabra "clandestino", que está muy fea, me abstendré de hacer más comentarios. Aunque me encantaría ver los gritos de los que claman contra la "medicina alopática" si a alguna otra multinacional farmacéutica se le ocurriera comercializar sus fármacos sin la correspondiente autorización.

De cualquier modo, la página web deja bien clarito que Boiron presentó sus productos (incluyendo el Oscillococcinum) con arreglo al ya derogado Real Decreto 2208/1994, así que, bueno, uno podría pensar que al menos los comercializará cumpliendo con la normativa entonces vigente, ¿no?

Pues tampoco. Como decía, al no estar aún debidamente autorizado, no es fácil saber si el Oscillococcinum sería un producto con o sin indicación terapéutica. Pero la propia Boiron nos vuelve a dar una pista en su web:



Teniendo en cuenta que el Oscillococcinum se fabrica con una sola cepa (el pobre patito), habrá que suponer que el probo y honrado fabricante, con plena voluntad de cumplir la ley, lo ha etiquetado conforme a lo que establecía el citado Real Decreto de 1994 para los productos homeopáticos sin indicación terapéutica aprobada, ¿no?

Acertaron: tampoco.

Decía el artículo 5 del viejo Decreto (y sigue diciendo, casi al pie de la letra, el actualmente vigente) que

4. El etiquetado y, en su caso, el prospecto debe incluir, única y obligatoriamente, además de la indicación «Medicamento homeopático» bien visible, los datos siguientes:

a) Denominación científica de la cepa o cepas, seguida del grado de dilución, empleando los símbolos de la farmacopea utilizada.

b) Nombre y dirección del titular de la autorización sanitaria y, en su caso, del fabricante.

c) Forma y vía de administración.

d) Fecha de caducidad en forma clara (mes y año).

e) Forma galénica.

f) Contenido del envase de venta.

g) Condiciones de almacenamiento, si procede.

h) Advertencias especiales si el medicamento así lo exige.

i) Número del lote de fabricación.

j) Número de registro sanitario.

k) Precio.

l) Medicamento homeopático «sin indicaciones terapéuticas aprobadas».

m) Una advertencia que aconseje al usuario que consulte a un médico si los síntomas persisten durante la utilización del medicamento.


Requisitos a los que hay que añadir, como dice el apartado b) del primer inciso del mismo artículo, la

Ausencia de indicación terapéutica particular en la etiqueta o en cualquier información relativa al medicamento.


¿Lo cumple el producto? Pues más bien no. Empecemos por el principio, o sea, la caja. Dándole la vuelta vemos lo siguiente:



¿Lo notan? El apartado de "Forma y vía de administración" ha sido astutamente cambiado por unas "Posología y modo de empleo" en las cuales se explica que el potingue debe tomarse

- Como preventivo... a lo largo del período de exposición gripal.

- Al inicio del estado gripal...

- En un estado gripal declarado...


Si esto no es una indicación, que venga Hahnemann y lo vea.

Por cierto, de las citas de arriba he suprimido la posología porque, como ya saben, por lo visto no tiene ninguna importancia.

Pero eso es solo la caja, es decir, lo que el Decreto llama "el etiquetado". Porque dentro, además de seis bonitos tubitos rellenos de lactosa, la caja contiene este prospecto





Que nos dice entre otras cosas:

1. ¿QUÉ ES OSCILLOCOCCINUM Y PARA QUÉ SE UTILIZA?
OSCILLOCOCCINUM es un medicamento homeopático utilizado tradicionalmente en el tratamiento preventivo y sintomático de los estados gripales.


Para luego repetir las indicaciones de la etiqueta sobre cómo tomarlo (y claro, ya de paso, para qué tomarlo).

Por cierto, me ha hecho bastante gracia esta advertencia:

Si estima que la acción de OSCILLOCOCCINUM es demasiado fuerte o débil, comuníqueselo a su médico o farmacéutico.


Tributo a la ingenuidad que solo se ve superado por esta otra:

Si ha utilizado OSCILLOCOCCINUM más de lo que debe, consulte inmediatamente a su médico o farmacéutico.


Una advertencia que sería totalmente innecesaria si, como nos dicen habitualmente, los remedios homeopáticos carecen de efectos adversos. ¿O no? Según el prospecto,

Como todos los medicamentos, OSCILLOCOCCINUM puede tener efectos adversos. Si se observa cualquier reacción no descrita en este rospecto, consulte con su médico o farmacéutico.


Me pregunto si se referirán también a la ausencia de reacción alguna. En fin...

Insisto en que todo esto vale para el caso de que Boiron realmente haya intentado registrar el Oscillococcinum como medicamento homeopático sin indicación terapéutica aprobada. Si formuló la solicitud para registrarlo como medicamento con indicación terapéutica la cosa cambiaría bastante, puesto que entre otras cosas tendría que haber aportado los estudios clínicos que avalasen su eficacia y someterse a la legislación general sobre medicamentos, que entre otras cosas exigía entonces (como ahora) que se indique en la etiqueta y en el prospecto la composición cualitativa y cuantitativa, cosa que quizá no quedaría muy bien, ¿verdad?

Y eso que habría una manera mucho más sencilla de solucionar todo este entuerto. La ha propuesto Andy Lewis, Le Canard Noir (sin relación con el pato de barbaria) en The Quackometer, uno de los blogs escépticos más interesantes de Gran Bretaña. Muy resumidamente, su idea consiste en incluir en la etiqueta una indicación tal que así:



El propio autor reconoce que la etiqueta no sería muy comercial, así que no es muy probable que su propuesta prospere. Pero es una lástima, porque sería mucho más honrada que lo que tenemos ahora, ¿verdad?